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20/4/10

De Una Conferencia......


En una conferencia  Shawn Achor, profesor de psicología de la Universidad de Harvard, habló sobre  concepto que él llamó “Activation energy” (en adelante “AE”). El término ” energía de activación” proviene de la Química y está definido como el nivel mínimo de energía que necesita un proceso químico para comenzar. En términos psicológicos, la idea es simplemente que empezar a hacer algo cuesta mucho más esfuerzo que seguir haciéndolo una vez que ya lo empezamos.
En palabras distintas, no es otra cosa que decir que todos vivimos en la inercia de mantenernos en nuestra zona de confort. Y sacarnos de ahí requiere un esfuerzo importante. Por ejemplo, si queremos salir a hacer ejercicio, cambiarnos y salir nos requiere mucha más fuerza de voluntad que ejercitarnos una vez que ya estamos listos para empezar a hacerlo. En palabras simples, con la mayoría de las cosas lo difícil es arrancar.
Shawn Achor habló de un método sencillo para vencer la inercia del confort, que se puede aplicar a la vida personal, a los negocios!
Veámoslo con dos ejemplos que él dio de su vida cotidiana y que pueden aclarar más la idea.
1) Shawn quería hace tiempo empezar a tocar la guitarra. Se había comprado una y la tenía guardada. La realidad es que nunca tocaba. Un día decidió medir cuánto tiempo le tomaba sacarla… Eran 25 segundos. Puede sonar exagerado que esos 25 segundos hicieran tanta diferencia pero esa es precisamente la clave de este concepto. Que por alguna razón, una pequeña barrera de esfuerzo provoca un efecto muy amplificado por obra y gracia de nuestro cerebro.
Así, pensó en el concepto de AE y decidió comprar un soporte de guitarra y ponerla sin estuche al lado del sofá donde se sentaba siempre. Y “mágicamente”, al tenerla simplemente a un brazo de distancia, cada vez que estaba sentado allí empezó a tocarla.
2) La segunda historia es la del ejemplo que usé arriba: el de hacer ejercicio. Shawn quería empezar a correr a la mañana al levantarse, pero cuando el momento llegaba no lo hacía. La solución en este caso fue un poco más radical: por unas semanas, decidió acostarse la noche anterior vestido con ropa deportiva y dejando sus zapatillas al lado de la cama.
El descubrió que en este caso buena parte de su “barrera” era vestirse con la ropa deportiva necesaria para salir. Pero hay algo muy interesante en este ejemplo! Levantarse ya listo para correr no sólo le bajaba el “activation energy” de ir a correr. También le subía el de todo lo demás! Si en vez de ir a correr él quería hacer otra cosa, tenía que sacarse la ropa deportiva y volver a vestirse con ropa de calle. De repente, ir a correr era la opción más cómoda!
Este segundo ejemplo ilustra una segunda aplicación de este concepto. No sólo pensar en cómo bajar el AE de algo nos ayuda a hacerlo más: subirlo también puede servirnos para abandonar costumbres que queremos dejar de hacer. Si, por ejemplo, queremos mirar menos televisión y leer más antes de dormir, sacarle las pilas al control remoto y guardarlas en un lugar a 30 segundos de distancia y dejar el libro apoyado en la mesa de luz debería ser muy efectivo para conseguirlo.
Estoy seguro de que a ustedes se les ocurrirán ejemplos de su propia vida cotidiana donde no hacen aquello que se proponen por sucumbir a pequeñas barreras y encontrarán formas  de aprovechar esta sencilla herramienta.